sábado, septiembre 30, 2006

La banda del encomendero

La banda del encomendero

La banda del encomendero tomó el poder municipal en la ciudad capital hace ya veinte años. Y no es que no haya hecho ni cambiado nada, sino que lo hecho y lo cambiado ha sido para peor en por lo menos tres temas: el transporte público, el agua potable y la basura. Por eso mencionamos lo del tiempo en el poder: aquí no cabe la excusa de que los problemas estructurales no se pueden resolver en el corto plazo, en un solo período de gobierno, etc. De los cinco períodos consecutivos en el poder por parte de la banda, solo dos no los ha dirigido su caudillo Mono de Oro. Y por poco serían veinticuatro años en el poder si no es por el golpe de 1982. No olvidemos que fue funcionario luquista y su familia política estaba "hasta la cocina" durante ese gobierno.

En cuanto al transporte público, la banda se ha gastado miles de millones de quetzales en pasos a desnivel y adecuación de vías para privilegiar el tráfico de vehículos livianos –la forma más cara, ineficiente y contaminante de transporte público- y regalándoles a los empresarios autobuseros subsidios de todo tipo y hasta unidades nuevas vía préstamos a cuenta del erario nacional. Ahora van a inaugurar el Transmetro poco antes de iniciar la nueva contienda electoral.

Con el agua potable no nos ha ido mejor.  La escasez y carestía que enfrenta la mayor parte de la población respecto del servicio domiciliar corriente son los signos principales en este caso: los conectados al sistema son pocos y mal atendidos y los que no, pagan hasta cinco veces más toneleando el agua de los camiones que la venden a precio de, claro está, escasez. Para ajuste de penas se privilegió solo la opción más rápida y rentable electoralmente: perforar pozos y bombear con electricidad. De ahí que el manto freático se agote, lo que agrava la escasez, y el precio del servicio sea cada vez mayor.

De la basura, los desechos sólidos, ni hablar. Seguimos vaciando toda nuestra porquería en el mismo hoyo inmundo situado en el centro de la ciudad.   Algo así como que defecáramos en el comedor de nuestra propia casa.

¿Cómo es que el Mono de Oro y su banda siguen obteniendo la mayoría de los votos, elección tras elección, durante ya veinticuatro años? Según más de siete estudios y mediciones de opinión de diferente data, es porque "tal vez no resuelve pero tampoco roba".   Y ¿cómo mantiene la imagen de honradez a pesar de Guatel, la Eegsa, el Inde, el Comando Antisecuestros, la desaparición de Mincho y el asesinato de Gerardi, para mencionar solo algunos ejemplos? Quien conteste correctamente tal vez hasta le gane la alcaldía, ¡si llega vivo al día de las votaciones!

jueves, septiembre 14, 2006

Farsa cívica

Farsa cívica

¿A quién beneficia y desde cuándo, la farsa anual de la independencia de Guatemala? Y no digo farsa por la dependencia del Norte –económica, política, financiera y comercial- por parte de los más importantes grupos empresariales y –al mismo tiempo, en lo cultural y tal vez hasta sicológico- de amplios sectores de la población.

Me refiero al hecho histórico, concreto, comprobable y tal vez polémico pero innegable de que no fueron Gabino Gaínza y los "Próceres de la Independencia" –la señora de Molina y su legendaria marimba, incluidas- los parteros de la República de Guatemala. Por el contrario, y para mayor inri de los criollos autodenominados liberales cuyos herederos nos gobiernan actualmente, fue el caudillo militar, presidente y dictador José Rafael Carrera y Turcios quien el 21 de marzo de 1847 firmó y puso en vigencia un decreto proclamando a Guatemala como república soberana e independiente, separándola definitivamente de la federación centroamericana y autoproclamándose su fundador.

La bola esa de liberales mediocres –seguramente antecesores directos de los actuales libertarios- que a saber quién ni cuándo proclamó próceres, como buenos chapines, urdieron la separación de España para que todo siguiera igual, pero sin corona, y más tardaron en realizar semejante "hazaña" que en anexarnos al dizque imperio mexicano, del que se separan poco después para darse a la tarea a derrocarse mutuamente con lo conservadores hasta quedarse solos a partir de mediados del siglo XIX cuando desaparece la federación centroamericana.

¿Y eso es motivo de festejo? Vergüenza nos debería dar semejante mediocridad y chambonería. Los herederos de esa "patria", la del criollo de Severo Martínez, es el empresario que hoy considera más rentable gastarse en anuncios de tele y radio, "por el cumpleaños de Guatemala" y en la banderita que pone en la ventana de su carro, una parte de lo que evade de impuestos que pagarlos para contribuir a que no haya niños que por hambre anden vendiendo esas mismas banderas.

En fin, si de algo vale la pena agradecer la existencia de la Patria, pues hagamos de nuevo las cuentas que está clarísimo que no es el 185º sino el 159º aniversario y que debió celebrarse este próximo 21 … hace 6 MESES!